Cuando aparece la palabra Tech como parte de una frase, un concepto, un eslogan o complemento, da para muchas interpretaciones. Claramente se refiere al componente tecnológico que interactúa manifiestamente en primera persona. Sin embargo, este apelativo no siempre basta. El uso intensivo de herramientas tecnológicas ya sea a través de hardware y/o software, hay que entenderlo como un medio. El gran error que se comete frecuentemente, es literalmente poner la carreta delante de los bueyes y asumir que por tratarse de algo “nuevo”, “innovador”, “de última generación”, “de punta”, todo per se está resuelto. No, definitivamente no es así. La tecnología está para facilitar tareas, simplificarlas, hacerlas más rápidas, idealmente más baratas. Y por consiguiente, como consecuencia de todo aquello, surge el beneficio de eficientar costos y procesos.
Durante siglos, el ejercicio del Derecho y la Justicia, en su sentido más amplio, ha estado vinculado y casi reservado para la cosa retórica. La tradición del escrito, los alegatos, las acusaciones y defensas engoladas a viva voz se nos vienen a la mente como algo connatural al ejercicio de la profesión. Sin embargo, la rápida evolución del mercado de los servicios que dan respuesta a una demanda creciente de la sociedad por mejores y más rápidas prestaciones, llegó para quedarse. Y los Servicios Legales, no pueden sustraerse a aquello.
Primero con distancia. Luego con escéptica curiosidad y de no muy buena gana, la Justica en su conjunto ha ido tibiamente evolucionando y «haciendo migas» con la tecnología. En el caso chileno, hoy, pensar que la Oficina Judicial Virtual (OJV) ya cumple más de 8 años desde el inicio de sus operaciones, nos hace impensable siquiera concebir lo de aquellos años de las rumas de papeles, timbres, firmas, fojas y costuras de grotescos empastes que ameritaba la gestión y tramitación de cualquier causa. Definitivamente, nunca estuvo tan bien puesto el nombre de tramitación.
Ya de lleno en el 2023, los desafíos son otros. Ya no es la cosita de la digitalización que hoy es el desde. Ahora, en medio de la vorágine de la Inteligencia Artificial, el reto es materializar que todas esas potencialidades y bondades que ebullen a borbotones, se materialicen en un apoyo decidido a la gestión legal. Y no sólo eso. La aspiración siempre debe ir de la mano del fin último. Hacer más y mejor justicia.
Por ello, en Justicia Inmobiliaria.com, día a día, a partir de los problemas recurrentes que se verifican en el ejercicio del Derecho, estamos desarrollando soluciones que, precisamente apoyadas en la tecnología, ayuden a resolver esos vetustos nudos que han servido de etiquetas recurrentes para asociar a los abogados a lo complejo, redundante, casi a los cultores de alguna secta de ciencias ocultas. Nuestra meta es justamente levantar el velo y proveer de Servicios Legales en materia de Derecho Inmobiliario para beneficiar a nuestros clientes con claridad, eficacia y prontitud para resolver sus causas en las cuales subyacen tremendas penas y aflicciones.
En resumen, queremos darle sentido y carne al sincretismo de lo Legal y lo Tecnológico.
Por José Samsó M., Gerente de Operaciones Justicia Inmobiliaria.com